Somos una casa de extremistas, o no comemos un plato concreto en mucho tiempo o, cuando lo recordamos, abusamos de él hasta el aburrimiento y posterior olvido, así hasta el nuevo encuentro. Lo mismo nos sucede con los ingredientes, la semana pasada mismo celebremos la semana gastronómica del garbanzo, sí, un buen puchero de garbancitos con espinacas «eco» que nos alimentó a los cuatro durante tres largos días y, para cenar, tostadas con hummus, ¡toma garbanzos! Podría citar la semana de las lentejas, es que los pucheros dan mucho de sí, o el puré de calabaza semanal o el hartón de brócoli hervido para cenar o las tortillas francesas,… porque sucede que, nos quedamos sin ideas para cocinar cenas relámpago al son de los gritos hambrientos de los peques. No me quejo, si no me gustara, lógicamente lo intentaría cambiar, es práctico y son platos que nos gustan.
Pues bien, hemos pasado de no tomar ni un sólo yogur en muchos meses, por diferentes motivos hasta que quedaron en el olvido y dejaron de ser necesarios, a abrir la veda y en cuestión de pocos días llenar nuestra nevera de ellos. En concreto de yogures líquidos. Seguro que nuestros intestinos estarán bien poblados.
Dada la necesidad, recuperamos una receta de yogur líquido casero para la que no necesitamos yogurtera, eso sí, la thermomix va de perlas para controlar la temperatura. Esta es:
Ingredientes:
- 1 Actimel
- 1l de leche
- 4 cucharadas de azúcar
Preparación:
- Calentar la leche a 90ºC durante 7 minutos (tiempo que tarda en llegar a esa temperatura).
- Añadir el Actimel y el azúcar y calentamos 30 segundos a 70ºC
- Poner en una botella de cristal y dejamos reposar cubierto por un trapo un mínimo de 12h en un sitio templado.
- Guardar en la nevera y consumir fresquito 😉